Hace un año, Livelihoods publicaba “The Hands Restoring the Earth” (Las Manos que Restauran la Tierra), un libro que cuenta la increíble historia de pequeños agricultores que restauran la tierra, en todas partes del mundo. Hoy, Livelihoods escribe un nuevo capítulo con los pequeños productores de café del estado de Oaxaca (México), que en la década de 2010 se enfrentaron a una dramática enfermedad que asoló sus parcelas. Ésta es una historia universal sobre la recuperación de un frágil ecosistema natural. ¿Qué hace que un sistema agroforestal sea más resistente que otro? ¿Cómo pueden las explotaciones agrícolas ser más robustos en el contexto del cambio climático?
Livelihoods está poniendo en marcha un proyecto de 20 años para restaurar el frágil ecosistema montañoso de Oaxaca, apoyando a más de 3.000 pequeños agricultores a mejorar sus condiciones de vida. La Coordinadora Estatal de Productores de Café del Estado de Oaxaca, CEPCO, se encargará del proyecto. Es una organización social de gran reputación que cuenta con más de 30 años de experiencia trabajando con los caficultores de la región. La iniciativa conjunta de Livelihoods y CEPCO permitirá restaurar y preservar un total de 6.500 hectáreas de tierra y generar más de 1 millón de tCO2 durante toda la duración del proyecto.
En Oaxaca, las familias indígenas dependen del café para vivir
El café es un sector económico estratégico en México, que emplea a medio millón de productores en un total de 700.000 hectáreas. El 95% de ellos son pequeños propietarios que poseen menos de 3 hectáreas de tierra. Con cerca de 140.000 hectáreas de plantaciones, Oaxaca es el cuarto estado productor de café en México.
Estado de montañas situado en el sur de México, Oaxaca es conocido por sus ecosistemas naturales con mayor biodiversidad. El paisaje incluye bosque nuboso, bosque tropical seco, pero también pinos y robles, por nombrar sólo algunos. Hogar de 4 millones de personas, Oaxaca también es conocida por sus comunidades indígenas, que llevan siglos viviendo en las sierras del estado. Oaxaca cuenta con un 67% de población de origen indígena y 16 grupos étnicos nativos.
Estas comunidades, de gran riqueza cultural y con fuertes tradiciones, han construido una conexión estrecha con los bosques locales y los ecosistemas naturales a lo largo de los años. En 2013, el 67% de las tierras del estado se consideraban bosques, de los cuales el 80% eran propiedad de estas comunidades locales. Dentro de estos ecosistemas naturales, a lo largo del « cinturón cafetero » del estado, que se extiende por las dos cordilleras del norte y del sur de México, las familias indígenas han cultivado tradicionalmente café agroforestal de sombra.
Cultivados en condiciones naturales en el bosque, los cafetales de sombra son sistemas agroforestales que ayudan a preservar los ecosistemas forestales. Contribuyen, por ejemplo, a la conservación del suelo: las plantaciones de café pueden evitar la erosión del suelo gracias a su dosel y a las raíces de los árboles. De esta manera, capturan y retienen el agua y los nutrientes de los suelos de las laderas. También ayudan a regular la sedimentación de los ríos y a prevenir los desprendimientos e inundaciones que afectan a las tierras más abajo. Los cafetales también pueden contribuir a luchar contra el cambio climático ya que secuestran el carbono en sus raíces y en sus troncos.
Heredadas a través de generaciones en ejidos y comunidades, la mayoría de los caficultores de Oaxaca poseen tierras de pequeño tamaño, de menos de 3 hectáreas de café, así como unas 2 hectáreas de tierra donde cultivan maíz y frijoles. Sin embargo, la mayoría de las familias dependen en gran medida del café para su sustento. Según la tradición, todos los miembros de la familia (5 en promedio) participan en la producción de café: los hombres se centran en las actividades de siembra, poda y desbroce, mientras que las mujeres se dedican más a la cosecha y la postcosecha. En Oaxaca, más de 7.000 hectáreas de plantaciones de café reciben el apoyo de la cooperativa CEPCO, quien es el socio local de Livelihoods en el proyecto.
Hemileia vastatrix arrasa las parcelas de café en los años 2010
Dado que los ingresos de las familias dependen mucho del café para subsistir, las comunidades rurales de Oaxaca fueron aún más vulnerables a la crisis económica que afectó al mercado en la década del 1990. En aquel entonces, la entrada extremadamente agresiva de Vietnam en el mercado del café, junto con la enorme expansión del cultivo en Brasil, contribuyeron a la caída de los precios a mediados de los años noventa. En apenas una década, los precios del café estaban por debajo de los costes de producción.
Esto empujó al gobierno mexicano a desplegar programas intensivos en el campo, que promovieron paquetes subvencionados de fertilizantes sintéticos para aumentar la productividad del café. Muchos pequeños propietarios cambiaron parcial o totalmente a modelos de monocultivo intensivo menos diversificados y con menos sombra. Es decir, el café ya no se cultivaba en sus condiciones naturales. Pero estos modelos que ayudaron a aumentar la productividad pronto mostraron sus límites. Los programas no financiaban la replantación de los árboles envejecidos (de 30 años o más), exponiendo así a los cafetos a producir gradualmente menos, a perder su capacidad de recuperar suelos y a estar más expuestos a las enfermedades y al cambio climático.
Unos años más tarde, en la década del 2010, el brote de la roya del café devastó las parcelas. Llegada desde Centroamérica y extendida por todo el continente en el norte, Hemileia vastatrix es una enfermedad que atacó primero las hojas del café. La roya fue matando y contaminando poco a poco el resto de la plantación, con lo que se redujo el número de cerezas de café. Una vez que el árbol enferma, la única manera de salvarlo sería aplicar fungicidas químicos duros, lo que no era una opción para los productores orgánicos de café en Oaxaca.
La roya del café, Hemileia vastatrix
La mayoría de las fincas cafeteras estaban devastadas por el envejecimiento de los cafetos, la falta de sombra y la escasa fertilidad del suelo. Entre otros, los años de pleno sol y el monocultivo, contribuyeron a fragilizar las parcelas. De hecho, la enfermedad atacó especialmente a los árboles que no estaban en su ecosistema natural y en un suelo no forestal y no húmedo.
Como consecuencia directa, Oaxaca perdió más del 50% de los volúmenes y el 25% de las superficies de café en pocos años. Los pequeños propietarios se vieron obligados a reconvertirse a cultivos menos productivos, como el maíz, o a la ganadería extensiva, menos adaptada a las condiciones naturales locales, lo que generó nuevos problemas de erosión del suelo y de conservación del agua.
Un modelo agroforestal para devolver el café a su ecosistema natural
Con las manos en la tierra y la participación directa de 3.000 familias indígenas, Livelihoods lanza un nuevo proyecto en Oaxaca para restaurar parcelas de café frágiles. El proyecto pretende devolver las parcelas de café a sus condiciones naturales para hacerlas más resilientes. En general, el objetivo es aumentar la cantidad de cafetales bajo sombra, restaurar las tierras degradadas y plantar árboles frutales diversificar los ingresos de los agricultores. Las actividades del proyecto ayudarán a restaurar un total de 6.500 hectáreas de tierra en 20 años.
En primer lugar, el proyecto ayudará a financiar la plantación de nuevos cafetos en más de 2.000 hectáreas, aumentando la cantidad de árboles de sombra para ayudar los cafetos a crecer en su ecosistema natural e incrementar su productividad. Los nuevos cafetos se manejarán como arbustos para que alcancen una altura máxima de 2 metros, mientras que los árboles de sombra alcanzarán una media de 12 metros de altura, para aportarles la sombra que necesitan. Además, el proyecto promoverá la nutrición del suelo como columna vertebral de la salud de los árboles: cada finca preparará su propio compost con pulpa de café, residuos vegetales y estiércol de ganado que se aplicará en los viveros y las parcelas.
Parcela de café que formará parte del proyecto Livelihoods-CEPCO.
El proyecto también contribuirá a aumentar la densidad de árboles de sombra en 3.300 ha de parcelas de café existentes, centrándose en las parcelas más expuestas al sol. Los agricultores que participen en esta actividad recibirán gratuitamente plántulas para plantar 50 árboles por hectárea y se centrarán en las parcelas más vulnerables. Además de sus parcelas de café, muchos agricultores de la zona del proyecto poseen tierras muy degradadas que han abandonado o que cultivan ocasionalmente para obtener cosechas a corto plazo. Los agricultores se beneficiarán de un apoyo directo en forma de plántulas, asistencia técnica y financiera para ayudarles a cubrir los costes de mano de obra y restaurar estas tierras degradadas por el bosque en más de 1.000 hectáreas. Se plantarán especies arbóreas adaptadas en función de la altitud de las explotaciones: en las más altas, una mezcla de especies de pino maderero, mientras que, en las más bajas, varias especies autóctonas de roble y Cedrela odorata (cedro, un árbol caducifolio de copa redondeada con follaje denso, que puede alcanzar 30 metros de altura) están más adaptadas. Como ayudarán a recrear la biomasa y a mantener la salud del suelo, estas especies no se cosecharán durante toda la duración del proyecto para maximizar su impacto.
Por último, el proyecto apoyará la diversificación de los sistemas de producción para proporcionar nuevas fuentes de ingresos. Implementará un sistema de cultivo intercalado que asocia el sistema tradicional mexicano conocido como « Milpa » (maíz, frijoles y legumbres) con árboles frutales, para ayudar a los agricultores a depender menos del café. También promoverá sistemas agroforestales de cacao con grupos de mujeres en las zonas de menor altitud que son aptas para este cultivo. Estas parcelas diversificadas se probarán en una superficie de 100 hectáreas, antes de considerar su ampliación.
Un socio local de confianza para incorporar a los agricultores, las mujeres y los jóvenes
Las actividades del proyecto serán ejecutadas por la cooperativa local, CEPCO. Creada en 1989 para reunir y dar servicios a los pequeños productores de café, CEPCO (Coordinadora Estatal de Productores de Café del Estado de Oaxaca) federa un total de 45 cooperativas fuertemente arraigadas en la región. Ha construido una sólida organización administrativa, comercial y financiera, cercana a las necesidades de los agricultores. Durante los últimos 32 años, CEPCO ha conseguido integrar a los agricultores en un mercado de alta calidad y nicho. Con una producción anual de 1.000 toneladas de café, exportadas principalmente en Estados Unidos y Europa, CEPCO apoya a 3.300 familias de agricultores, entre ellas 1.000 mujeres. Hasta la fecha, ha certificado 7.600 hectáreas de producción sostenible de café orgánico.
Cuando la crisis de la roya del café afectó a la región en la década de 2010, la cooperativa puso en marcha un ambicioso plan de restauración de las tierras, gracias a soluciones diversificadas (certificación orgánica, nutrición del suelo, diversificación de la producción ) sobre las que el proyecto se basará para alcanzar una escala más amplia. Además, el proyecto aprovechará el mecanismo financiero de CEPCO, denominado FINDECA, para ayudar a los agricultores a financiar las actividades de plantación. La plantación con nuevos árboles de una hectárea de café de sombra o de bosque maderero cuesta hasta 1.300 euros, una inversión que la mayoría de los pequeños propietarios no pueden permitirse. A través de FINDECA, los agricultores tendrán acceso a préstamos a largo plazo, de hasta 7 años, con tipos de interés atractivos (un10%) para reducir estos costes a más de la mitad (600€ por hectárea).
Las actividades del proyecto también se dirigirán especialmente a las mujeres y a los jóvenes. Ayudará a identificar las necesidades de las mujeres y a definir un plan de acción para apoyar la puesta en marcha de sus propias iniciativas. Al menos 500 mujeres se beneficiarán de subvenciones específicas y participarán en los proyectos piloto de diversificación en torno al cacao y los árboles frutales. Livelihoods y CEPCO también hablaran con las familias para encontrar soluciones y preparar mejor el futuro de los hijos de los agricultores. Los jóvenes agricultores se embarcarán y participarán en la puesta en marcha de las actividades del proyecto. Livelihoods aprovechará la sólida red de cooperativas de CEPCO, que está bien anclada en las comunidades locales. Desde hace más de 30 años, ha construido una relación de confianza con ellas, que será esencial para contribuir al éxito del proyecto.
En un contexto en el que la relación directa entre el cambio climático, la biodiversidad y los medios de vida es indiscutible, he aquí la prueba viviente de que existen soluciones para recuperar ecosistemas más resistentes. Adaptadas a sus realidades locales, existen muchas más soluciones en todo el mundo, para acoplar la restauración de los recursos naturales con ingresos sostenibles. Esto implica probar los modelos agroforestales sobre el terreno, centrándose en la experiencia y los conocimientos de los socios locales, e implicar directamente a aquellos cuyo sustento depende de estos recursos naturales: las comunidades rurales y agrícolas. A continuación, más historias vivas.
Una agricultora planta nuevos cafetos en la zona del proyecto.
Los agricultores y los equipos de CEPCO preparan las plantas de café, octubre de 2021.